BODEGA CAMARGO: LA HISTORIA DE UNA FAMILIA QUE SUPERÓ LA CRISIS Y LOGRÓ ECHAR RAÍCES

14 Ene 2023

Bodega Camargo es una emprendimiento familiar ubicado en la finca Rincón Deseado en el distrito Las Paredes, San Rafael. Desde finales de los 90s comenzaron a trabajar en la producción de vinos artesanales y aceite de oliva. Su historia comenzó a raíz de un despido que cambiaría la vida de Carlos Camargo y su familia.

“Nosotros hace 25 años tomamos la decisión de comprar una finca. Mi esposa nació en una y yo trabajaba en una bodega muy grande acá en San Rafael. Vendieron esa bodega y lo primero que hicieron los compradores fue cerrar la sucursal de acá y nos quedamos sin trabajo”, relata Carlos. La bodega en cuestión era Resero, había sido adquirida por la empresa Cartellone. Tras la decisión de cerrarla, 400 personas perdieron su empleo, entre ellos Carlos Camargo que trabajaba en la administración.

“Empezamos a trabajar con un enólogo amigo, que también había sido despedido e indemnizado. Juntamos las indemnizaciones y pusimos la bodeguita. Pasamos un par de años haciendo vino y se nos ocurrió la idea de abrirla al turismo”. Al tener posesión de las viñas y la finca, comenzaron a trabajar en elaborar vinos – Malbec y Cabernet Sauvignon – y espumantes.

Luego de unos años surgió la posibilidad de viajar a Italia con ayuda del gobierno provincial, para ver cómo se producía el aceite de oliva. Allí Camargo tuvo la posibilidad de aprender sobre la producción y la maquinaría necesaria, y al volver a Mendoza comenzaron a realizar su propia producción.

Todos los productos que elabora la familia son orgánicos y artesanales, sobre esto Carlos explica que cuentan con la certificación otorgada por la Organización Internacional Agropecuaria (OIA), lo cual genera un valor agregado al producto. “Mucha gente quiere consumir más sano, entonces, eso también nos ayuda porque la certificadora sube toda la información nuestra a la cual pueden acceder posibles clientes. De hecho, hemos tenido algunos que llegaron a través de ese espacio. Hoy en día muchos quieren comer más sano, sin químicos y sin pesticidas, por lo que ser orgánicos es un lindo valor”.

El hecho de que los productos sean artesanales implica que su producción no es industrializada y tienen un total control del proceso, desde que la uva es cosechada en la viña al embotellamiento. “El Instituto Nacional de Vitivinicultura tomó una buena decisión al permitir la elaboración de vinos caseros. Muchos productores se veían obligados a entregar sus uvas a bodegas y hasta ahí llegaban. Ahora podemos completar el circuito de elaboración y vender nuestros vinos directo al cliente”, explica Camargo.

En relación a este último punto, Camargo explica que luego de la pandemia el vínculo con los clientes se potenció a pesar de la crisis. En este sentido el uso de las redes sociales les permitió incrementar su llegada a clientes ubicados en todas partes del país. Realizando ventas directas y envíos a Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero.

“Ahora estamos teniendo muchos clientes de Mar del Plata, gente de la zona de Tandil, Bolívar, Balcarce. Pueblos chicos como Necochea, están viniendo a San Rafael y ese es el mejor cliente, porque se llevan productos y luego cuando quieren más te contactan para que se los envíes”, comenta sobre la llegada del turismo.

La bodega Camargo ofrece un servicio de degustaciones y visitas guiadas. Se realiza un recorrido por los viñedos, la fábrica de aceite y las instalaciones donde la familia acompaña a los visitantes mostrándoles el estado en el que se encuentra la producción y brindando una charla informativa. “Lo que quiere ver la gente es cómo vive un productor en una finca con su familia, volver quizás un poco como a las raíces”.

Respecto al futuro, una posibilidad de crecimiento lo vislumbran en comenzar a producir jugo de uva. “Estamos con ganas de hacer jugo de uva, porque es muy sano y nos da el azúcar natural que tenemos que consumir. Creemos que el jugo de uva puede llegar a ser algo muy importante para Mendoza, porque permite trabajar de otra manera la fruta más importante de nuestra provincia”.

Actualmente al frente de la bodega se encuentran Carlos Camargo, y su esposa, Beatriz Vázquez. Junto a ellos, su yerno y sus dos jóvenes nietos trabajan día a día para hacer crecer el emprendimiento familiar. Una ilusión de la pareja es dejar el negocio familiar a los más chicos, que ya demuestran interés y entusiasmo por el negocio del vino.

Fuente: elacento.news