Cómo la alimentación ecológica gana adeptos
15 Nov 2023
El número de personas que están decidiendo cambiar su forma de alimentarse, apostando por una alimentación ecológica rica en vegetales, está aumentando notoriamente.
Si observamos el gran recorrido de la historia evolutiva de nuestra especie, el ser humano ha estado muy poco tiempo en contacto con alimentos modificados genéticamente, que contengan ingredientes químicos y/o pesticidas. Consumirlos implica que nuestro organismo tenga que esforzarse por identificar y eliminar sustancias que no está adaptado para reconocer y que, además, le producen un efecto tóxico. Realmente, nuestro cuerpo ha evolucionado alimentándose con alimentos naturales propios de la tierra, los cuales reconoce sin problemas.
Es cierto que, en las últimas décadas, la alimentación industrial ha ganado mucho peso en nuestra sociedad, hecho que ha impulsado la aparición de enfermedades metabólicas como la hipertensión o la diabetes mellitus tipo 2, patologías cada vez más presentes en edades más tempranas. Sin embargo, el número de personas que están decidiendo cambiar su forma de alimentarse, apostando por una alimentación ecológica rica en vegetales, está aumentando notoriamente. Los beneficios de alimentarse con alimentos ecológicos son amplios y variados. Así pues, cada persona decide consumirlos por diferentes motivos, eligiendo aquellos que le son de valor personal.
¿Cuáles son las ventajas de la alimentación ecológica por las que existe un incremento de las personas que apuestan por ella?
La sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente: cada vez tenemos más información de las repercusiones, tanto positivas como negativas, que poseen los alimentos que compramos. Los vegetales de agricultura convencional están tratados con productos químicos para evitar la proliferación de microorganismos patógenos y alargar su conservación. Esta práctica no es gratuita para nuestro planeta, los pesticidas y los fertilizantes sintéticos que se añaden a los cultivos y cosechas acaban acumulándose en los suelos y contaminando las aguas. Además, la agricultura extensiva contribuye al empobrecimiento de la tierra, disminuyendo su variedad microbiana y la cantidad de nutrientes, de manera que los alimentos que consumimos sean cada vez más pobres nutricionalmente. Apostar por vegetales ecológicos es una buena alternativa dado que evitamos todos los efectos perjudiciales mencionados anteriormente.
La disponibilidad y accesibilidad de los alimentos ecológicos: así como hace unos años era complicado acceder a alimentos de procedencia ecológica, actualmente la comercialización de estos va en aumento, facilitando que estén al alcance de más personas. Además, por distintos motivos, cada vez hay más demanda. Este hecho contribuye al crecimiento del número de puestos de mercado y tiendas que apuestan por vender alimentos ecológicos. Asimismo, el aumento de la venta de estos alimentos participa en que también se regule su precio, siendo cada vez más asequibles por un mayor volumen de población. Incluso, ya existen escuelas que apuestan por este tipo de alimentos en sus comedores escolares.
La confianza en la calidad de los productos con etiqueta ecológica: La Eurohoja es el certificado de los productos ecológicos representado por el logotipo en forma de hoja, creado y validado dentro de la Unión europea. Este sello certifica que el producto ha sido tratado con las normas específicas de producción ecológica y garantiza que un 95% de los ingredientes son de procedencia ecológica, que el alimento ha pasado por un sistema de control oficial, que procede directamente del productor o transformador, que el producto se presenta en un envase válido y que no contiene ingredientes modificados genéticamente (OMG). Esto hace que las personas puedan identificar más cómodamente cuáles son los productos alimenticios de procedencia ecológica y esto facilita su consumo.
Apoyar a la agricultura local y a los pequeños productores: la población consumidora de alimentos ecológicos generalmente no busca únicamente que estos sean de procedencia ecológica, sino también que provengan del mismo territorio, evitando en la medida de lo posible productos que hayan sido transportados desde otros países o largas distancias. Consumir de proximidad tiene muchos beneficios: se enriquece la economía local, se reducen los costes económicos y ambientales, existe un contacto más cercano con el agricultor, se conservan y protegen especies autóctonas y hay más facilidad para comprar el fruto en su punto de maduración.
Aumento de la preocupación por la salud y el bienestar: cada vez hay más personas que desean realizar un cambio de hábitos para sentirse más saludables y energéticas. Una alimentación rica en frutas y verduras ecológicas es uno de los pilares básicos para preservar nuestra salud.
Cambios en la legislación y las políticas de sostenibilidad: la crisis climática está al orden del día y es necesario que los gobiernos implementen leyes que ayuden a mitigar sus efectos. De ahí que cada vez sea más necesaria la promoción de la agricultura ecológica por parte de las instituciones, así como la regulación o prohibición de ciertas prácticas claramente perjudiciales de la agricultura convencional. A medida que vayan surgiendo políticas que favorezcan la agricultura ecológica es posible que el número de personas que consuman estos alimentos se incremente.
Fuente: Bioecoactual