Una nueva forma de hacer negocios. De la sustentabilidad a la regeneración
04 Feb 2023
Grandes empresas de consumo masivo se fijan como norte la agricultura regenerativa.
“Ya no alcanza con no hacerle mal al planeta, sino que hay que hacerle bien”. Esta premisa fue el puntapié para que diferentes corporaciones repensaran sus negocios y avanzaran hacia prácticas de producción regenerativa a nivel global y local.
Regenerar significa dar nueva vida a algo que se degeneró, restablecerlo o mejorarlo. Así lo define la Real Academia Española. De acuerdo con la organización The Nature Conservancy, los sistemas agrícolas regenerativos buscan mejorar las condiciones de la naturaleza y garantizar agua y alimento para las personas.
En concreto, ¿qué diferencia a este sistema del tradicional? “La agricultura tradicional se basó en modificar el ambiente, principalmente el suelo, para que las semillas expresaran su potencial genético. Eso nos trajo muchos beneficios, pero hoy estamos cosechando problemas que debemos revertir”, explica Rodolfo Gil, experto en conservación y manejo de suelos del INTA. Y precisa: “Ahora buscamos lo contrario: debemos adaptar la planta y la tecnología a cada ambiente, de manera que sea el ambiente el que exprese el máximo potencial de producción con el mínimo disturbio”.
Las prácticas de producción regenerativa se encuentran alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible fijados por la ONU de cara a 2030, y cobran mayor sentido al mirar el mapa completo. La FAO calcula que en 2050 la agricultura tendrá que producir casi un 50% más de alimentos, fibras y biocombustibles que en 2012 para satisfacer la demanda. Asimismo, según el organismo, existen cerca de 200 millones de hectáreas de tierras degradadas en América Latina y el Caribe, mientras que su recuperación podría ayudar a cubrir la necesidad y traducirse en US$23.000 millones en beneficios netos en 50 años. Actualmente, la región representa cerca del 14% de la producción y el 23% de las exportaciones agrícolas y pesqueras globales, pero tiene margen para incrementar su aporte, asegura en el documento Agricultura sostenible y resiliente: oportunidades para la recuperación pos covid.
Una de las primeras compañías que se inclinó por la agricultura regenerativa fue la suiza Nestlé, cuando a fines de 2020 publicó una hoja de ruta para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050. Es que, según la empresa, casi dos tercios de sus emisiones provienen de la obtención de los ingredientes. “Buscamos obtener el 20% de nuestros ingredientes clave a través de la agricultura regenerativa para el 2025 y el 50% para 2030. Eso equivale a más de 14 millones de toneladas”, explica Verónica Rosales, líder en Sustentabilidad de Nestlé Argentina.
Actualmente y a nivel local, esta iniciativa tiene alcance para el desarrollo de productos lácteos de las marcas Nido y Svelty. A partir de un trabajo de tres años, acompañando a más de 15 tamberos en diferentes provincias, hoy la empresa cuenta con la primera leche en polvo orgánica del país certificada por la Organización Internacional Agropecuaria. Esto le implica cumplir los estándares, cuidando el ecosistema del tambo, respetando el comportamiento natural de las vacas, promoviendo la biodiversidad y no usando agroquímicos. En paralelo, en 2022, Nestlé relanzó el Nescafé Plan 2030, mediante el cual trabaja con caficultores en siete regiones de donde obtiene el 90% de su café: Brasil, Vietnam, México, Colombia, Costa de Marfil, Indonesia y Honduras. “Es fundamental un cambio de mindset. Hoy tenemos un consumidor mucho más consciente, que aspira a adquirir alimentos y bebidas sin dañar la naturaleza y el medioambiente”, resalta Rosales.
Enfoque de largo plazo
La compañía estadounidense PepsiCo presentó en 2021 PepsiCo Positive, una estrategia global para transformar su negocio de principio a fin. Uno de sus pilares es el denominado “agricultura positiva”, que abarca prácticas agrícolas regenerativas, las que ya son implementadas en casi 140.000 hectáreas, La meta: llegar a las 2,8 millones en 2030.
Las papas fritas Lay’s y Pehuamar; la avena, los cereales y las galletas Quaker; y las tortillas de maíz Doritos y Tostitos son algunos productos sobre los que esta iniciativa tiene impacto directo en Argentina. “Incorporamos nuevas variedades de papa con mejores rendimientos y calidad, estamos realizando ensayos con fertilizantes orgánicos y microorganismos para control integrado de plagas; y fuimos pioneros en la adopción de siembra directa en maíz y avena”, señala Diego Serantes, gerente general en PepsiCo Alimentos. Y añade: “Uno de los desafíos es que las prácticas sustentables en lo ambiental también lo sean en lo económico. Al momento, con varias acciones ya implementadas, los agricultores nos reportaron una baja cercana al 30% del consumo de agua y una reducción en el uso de agroquímicos”.
“Los negocios del mañana serán aquellos que anticipen y respondan a los grandes cambios que dan forma a la vida de las personas, incluido el cambio climático. No hay Planeta B; este es nuestro hogar y tenemos que cuidarlo”, afirma María Bulla, gerente de Responsabilidad Corporativa y de Impacto Social en Unilever. Y resalta: “Los negocios sostenibles son la única manera de hacer negocios, y está comprobado que son también un motor de crecimiento. Estamos decididos a demostrarlo”.
En esa línea, la firma anglo-neerlandesa sostiene un acuerdo con el INTA desde hace 30 años, que le permitió, por caso, desarrollar cultivares de hortalizas específicas para el proceso de deshidratado, sostener la competitividad e incluso a exportar. En este marco, en octubre pasado, firmaron un nuevo convenio, a fin de fomentar nuevas tecnologías, herramientas y programas de apoyo con un enfoque regenerativo entre los pequeños productores de la zona de Cuyo. Allí se cultivan 13 variedades de hortalizas, las que son procesadas en la planta de Mendoza. Se trata de la única deshidratadora de Unilever en el mundo, la que da empleo a más de 400 familias. En concreto, alrededor de 15.000 toneladas de vegetales crudos al año son utilizados para producir las sopas, los caldos, los deshidratados y los condimentos Knorr.
Red de productores
Con base en la provincia de Mendoza, también nació Grupo Broda hace más de 70 años. Liderada por los hermanos Santiago y Joaquín Barbera, de la cuarta generación, la organización tiene presencia en diferentes verticales, como gastronomía, retail y real estate, y en 2022 creó su propio company builder, con el que se expande en negocios de la nueva economía, bajo dos pilares: innovación y sustentabilidad. “Decidimos desarrollar una compañía de insumos naturales y regenerativos para la industria de farma y alimentaria. Y nuestro primer proyecto fue la miel, muy utilizada en distintos medicamentos como los jarabes para la tos”, señalan los hermanos Barbera.
Grupo Broda trabaja con una red de pequeños productores rurales en el Gran Chaco Americano, el segundo bioma más extenso de Latinoamérica. Les brinda financiamiento y acompañamiento para que tengan sus propias colmenas, y les garantiza la compra del producto, que luego es adquirido a granel por grandes compañías o fraccionada. El año pasado, la firma compró 500 toneladas, equivalentes a US$2,5 millones; y para este año, prevé cuadruplicar las cifras.
En el plano internacional, la cerveza irlandesa Guinness lanzó en 2022 un programa piloto de tres años de agricultura regenerativa para la producción de cebada, para contribuir así a la sustentabilidad “del grano al vaso”. La primera fase comenzó con más de 40 granjas en Irlanda, sobre 1400 hectáreas, con el objetivo de luego escalar a otros países. “El programa pretende lograr cinco resultados clave: mejoras en la salud del suelo y su potencial de secuestro de carbono; mayor biodiversidad; reducción en el uso de fertilizantes sintéticos; mejoras en la calidad del agua; y mejoras en la rentabilidad agrícola y de los medios de subsistencia de los agricultores”, precisa Tomas Farrell, gerente de Cervezas y RTD para el Cono Sur de Diageo, dueña de la marca Guinness. En la Argentina, desde 2021, Guinness es fabricada por la cervecería artesanal Rabieta en su planta ubicada en Pilar
Fuente: La Nación