Con una tasa de crecimiento de 20% anual, la producción orgánica se perfila como un modelo de negocio sustentable y de valor agregado

22 Dic 2021

Productores y especialistas analizan un futuro promisorio del sector

Existe una demanda insatisfecha de productos orgánicos, tanto en el mercado local como en el exterior. Productores y especialistas explican cómo es el proceso productivo, las certificaciones, aportan datos sobre las cosechas, la disparidad de precios y analizan el futuro promisorio del sector.

“La agricultura orgánica trabaja con la naturaleza, con los ciclos naturales de reciclado de nutrientes, de control biológico, que conserva y promueve la fertilidad del suelo y la biodiversidad. No contamina ni el agua, ni el aire ni el suelo, y minimiza la emisión de carbono por lo cual mitiga el cambio climático. No usamos semillas transgénicas ni agroquímicos de síntesis. Las personas son cuidadas como parte de toda la cadena agrícola, en cuanto a su protección de la salud, el trabajo y el bienestar”, explicó Mariana Del Pino, vicepresidenta del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica Argentina (MAPO), sobre el proceso productivo orgánico.

La producción orgánica, y las claves de su sistema.

Facundo Soria, responsable del Área de Producción Orgánica en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP), expresó que “la producción orgánica es tecnología de procesos y no de insumos, que se basa en el conocimiento profundo de los ciclos naturales, las relaciones intra e interespecíficas que se desarrollan en un agroecosistema para potenciar los servicios naturales a la hora de producir alimentos. Ellos son la polinización, el control biológico y la fertilidad, gracias a la promoción de la biodiversidad y de un suelo vivo que exige”, acerca de los fundamentos de esta práctica.

“Se elaboran partidas diarias de entre 60 y 80 kg de dulce. Paralelamente, en producción primaria tenemos ,dentro del monte frutal, huerta, aromáticas, medicinales y flores”, comentó Graciela López, fundadora de  Dulces del Jardín, una empresa familiar de Santa Fe, que desde hace casi 20 años, elaboran frutas y dulces de frutas orgánicos.

Ganadería y agricultura orgánica

En el último año, la superficie cosechada en hectáreas de productos orgánicos creció un 14%, según el estudio “Situación de la Producción Orgánica en la Argentina durante el año 2020” del Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Desde el año 2000, hasta el pasado año, la superficie orgánica cosechada ha sufrido fluctuaciones, sus puntos más altos comienzan en 2015, con un 75% de superficie y en crecimiento anual, el máximo de superficie cosechada, de 84%, se consiguió en el año anterior y en el 2016. En los últimos 10 años, se cosechó un promedio de 73% de la superficie nacional.

“Los indicadores van creciendo porque cada vez son más los emprendimientos que deciden reconvertirse y certificar”, explicó Facundo Soria (MAGyP), acerca del crecimiento en el último año. Mientras que, Mariana del Pino (MAPO, declaró que “se ha incrementado el consumo de productos orgánicos, y quizás por eso aumentó la superficie cosechada”.

Aunque aclaró que la retribución, no es tan fácil de conseguir en la elaboración orgánica: “No se puede generalizar que sea más rentable la producción, porque la rentabilidad depende de cada actividad, del mercado y del precio de venta, que es muy dispar”.

En este sentido, Soria (MaGyP) agregó que “producir orgánico implica muchas veces aumento de costos porque internaliza todos los costos ambientales, y ello debe trasladarse al precio para ser rentable y para ello, es preciso armar un buen plan de negocios para saber dirigir el producto al nicho de mercado que lo valora y prioriza. La elección de los canales de comercialización, las estrategias de comunicación, el packaging acorde y la integración vertical son fundamentales”, acerca de los múltiples factores a tener en cuenta para generar un negocio rentable en la producción de un bien orgánico.

La superficie destinada a ganadería, no tiene una proyección tan elevada, pero ha crecido a un ritmo constante en los últimos cinco años: aumentó un 14% desde 2015 a 2020. En los últimos 10 años, su máximo alcanzado, fue el año pasado con un 42% de superficie dirigida al ganado en el país.

“Es más complejo producir de esta manera porque requiere formación y experiencia, además implica pasar de vender commodities a vender especialidades, lo que en definitiva constituye un triple desafío a la hora de aprovechar esta oportunidad: desafío técnico, comercial y organizacional”, desarrolló Soria (MaGyP), en relación a la práctica orgánica y los frentes abiertos para quiénes quieran pasarse al sector.

La certificación orgánica puede tardar tres años

La manera en la que se puede distinguir a un producto orgánico de otro que no tuvo que dar prueba de la manera de producir y de trabajar la materia prima es con el etiquetado de la certificadora y el isologo oficial “Orgánico Argentina” (Resolución MAGyP 1291/2012), que compruebe que se cumplieron con las normativas vigentes.

Soria (MAGyP) dijo: “Un producto orgánico tarda entre 2 o 3 años en certificarse para poder venderlo como tal, dependiendo si es una producción perenne o anual. Si la materia prima ya es orgánica el proceso es de solo una inspección siempre que su dictamen sea favorable”.

Futuro sustentable

El porvenir de la producción orgánica y del mercado nacional presenta un horizonte lleno de posibilidades, los entrevistados, lo narran desde su perspectivas:

  • Facundo Soria (MaGyP): “Es un futuro promisorio para la producción orgánica porque la demanda externa e interna está insatisfecha y crece de manera ininterrumpida. Este escenario está condicionado por la decisión política para seguir acompañando con presupuesto e incentivos este camino, que si bien es una oportunidad es también un gran desafío”.
  • Mariana del Pino (MAPO): “Creemos que crecerá la producción y el mercado, en todos los rubros”.

Fuente: Punto Convergente